Por el corredor que se dibuja entre América Latina y España, cada año circulan más euros. En 2022 llegaron a este último país 74.677 millones de dólares (unos 68.000 millones de euros) de inversión extranjera directa dese Latinoamérica, la cifra más alta desde que se tiene registro. Esto posiciona a la región como el cuarto inversor en España, solo por detrás de Francia, Estados Unidos y Reino Unido —en ese orden—. Y supone, además un incremento del 80% respecto a las cifras de 2021, lo que se explica por desembalse de algunas inversiones que habían quedado estancadas por la pandemia. Así lo desglosa el estudio Las nuevas multinacionales iberoamericanas, presentado este jueves por el Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI)
Las empresas que han desembarcado en España se especializan en una variedad de sectores y reflejan la fortaleza y la diversidad del mercado latinoamericano, que atravesó un despertar tecnológico tras el shock de la pandemia y cuya riqueza en recursos naturales ha llamado recientemente la atención de China y Europa. Destaca la llegada de firmas de alimentación, bebidas, banca, construcción, medio ambiente y transporte. En total, se computan más de 600 compañías en el país que ocupan a cerca de 32.000 personas, según los datos de la Secretaría General Iberoamericana. México es quien lleva con diferencia la delantera, ya que suma el 58,9% de las inversiones; seguido de Argentina, con un 15,5%; y Venezuela con un 8%.
España, además, se ha convertido en el gran puerto para que las empresas latinas puedan alcanzar el mercado europeo —donde esperan 447 millones de consumidores— “y así acceder a otros que tendrán un gran recorrido en los próximos años, como el del norte de África”, ha resaltado José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio española, durante la presentación del informe en Madrid. Bonet, además, ha puesto en relieve los puntos fuertes de lo que el estudio denomina multilatinas (multinacionales de origen latinoamericano), como el acceso a recursos naturales, fuentes de aprovisionamiento sostenibles y energías limpias. A estas virtudes, añade otras dos: que gran parte de las empresas ya encabezan los mercados de origen y que están siendo conducidas por líderes jóvenes que conocen muy bien el mercado donde operan.
Ramón Casilda, autor principal del estudio del CEAPI, destaca que Latinoamérica está atravesando “una revolución en los servicios fintech [tecnología financiera] sin precedentes”. El número de estas plataformas ha crecido un 112% desde 2018 hasta sumar un total de con 2.482 soluciones de este tipo en 2021, según el Banco Interamericano de Desarrollo. La ausencia de servicios financieros no cubiertos por las firmas bancarias más tradicionales y un aumento de la demanda causada por la pandemia han impulsado el crecimiento de este sector en específico en el continente, con firmas como la colombiana Rappi, la argentina Mercadolibre o la mexicana Kavak.
Actualmente, el 88% de las compañías con origen latinoamericano tienen su matriz en América del Sur y México; y un 7% se distribuyen entre Estados Unidos y Canadá. La expansión en el interior del continente ha dejado casos de gran calado global, como fue la fusión de las aerolíneas LAN Chile y Tam Brasil para dar origen a LATAM, que se sitúa entre las 10 compañías aéreas más importantes del mundo. Las multilatinas también han puesto rumbo a otros sitios del globo y se encuentran directamente o indirectamente en 114 países desarrollados y emergentes, según el estudio.
Las inversiones españolas en la región
El capital que marcha en sentido contrario también lo hace a un buen ritmo. España se ha convertido primer inversor europeo en América Latina. Tiene presencia en 11 de los 19 países de la región y aunque el grueso del capital se encuentra en México y Brasil, en los últimos años se registra un importante avance en Colombia y Argentina. El Instituto de Estudios Económicos destaca que las inversiones se concentran en la rama de los servicios, con especial prevalencia en el sector financiero (29,2%), telecomunicaciones (10,2%), energía (8,4%) y la extracción de petróleo y gas natural (7,7%). Se estima que en 2023 el total de la inversión desde España hacia la región superó los 153.000 millones de euros, según la misma fuente.
Sin embargo, las preocupaciones, señala el informe, siguen siendo varias. La seguridad jurídica se posiciona como el principal factor a considerar a la hora de invertir, así como la falta de infraestructuras o la inestabilidad política. La radiografía también revela que EE UU y la Unión Europea se mantienen como los principales inversionistas en Latinoamérica. Cálculos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (la Cepal, vinculada a Naciones Unidas) estiman que el país norteamericano incrementó sus inversiones en un 46% con respecto al 2021, mientras que los recursos procedentes de la UE crecieron un 20%.
Actualmente, “las propias multinacionales están impulsando más los procesos de integración que los organismos multilaterales”, ha subrayado Casilda durante la presentación del informe. Se observan importantes beneficios sociales como el intercambio de talento o el fortalecimiento de los lazos culturales, que son de puntual importancia, en un momento “en el que China ha conseguido establecer una posición muy importante en América Latina”, argumenta. En los últimos años, “Europa se ha quedado un poco atrás y en tanto sea capaz de organizar su desarrollo en conjunto con América Latina, tiene asegurada una oportunidad imperdible”.
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