La tendencia del maquillaje simple sigue conquistando espacio, respondiendo al ritmo vertiginoso de la vida diaria y a un creciente deseo de proyectar una imagen genuina. Más allá de ser un capricho momentáneo, se ha afianzado como una decisión intencionada de varias celebridades que prefieren técnicas sutiles y productos ligeros, logrando un acabado elegante y natural. Hailey Bieber, Helena Christensen y Sofia Richie ejemplifican tres enfoques únicos para aplicar esta filosofía, cada una con sus propias tácticas, pero todas compartiendo un objetivo común: destacar la belleza sin recargar el rostro.
Hailey Bieber: cuidado previo y enfoque funcional
El estilo de Hailey Bieber se basa en la practicidad y la preparación de la piel como paso esencial. Para optimizar su rutina matutina, prioriza un cuidado nocturno profundo, con el fin de despertar con una piel bien hidratada y luminosa. Este enfoque permite prescindir de bases densas y reduce la cantidad de productos necesarios.
A lo largo de la jornada, la modelo emplea nieblas humectantes y lociones ligeras que cuidan la piel sin sobrecargarla. Aplica correctores solo en zonas puntuales, utilizando los dedos para lograr más exactitud y un acabado natural. Su método previene el exceso en el rostro, lo que permite que la piel respire y conserve su luminosidad natural.
El maquillaje de día se enfoca en dar un toque de rubor suave, realzar las pecas existentes —o simularlas cuando lo desea—, y delinear los labios sutilmente para aportar definición sin excesos. Las cejas reciben un mínimo ajuste con gel y, en general, evita usar máscara de pestañas, optando solo por un rizador para acentuar la mirada. El resultado final es un look fresco, juvenil y perfectamente adaptable a la rutina diaria.
Helena Christensen: tonalidad tradicional y adaptabilidad
Helena Christensen adopta un enfoque atemporal y creativo que gira en torno a un solo producto clave: el labial rojo. Su uso no se limita a los labios; también lo aplica como colorete y sombra, aprovechando su pigmentación para dar calidez y cohesión al rostro. Suele combinarlo con bálsamos o vaselina para lograr un acabado húmedo y natural.
La modelo elige bases livianas que permiten que sus pecas sean visibles, logrando una estética auténtica y elegante. El maquillaje se coloca en capas delgadas y se difumina con los dedos, sobre todo en las mejillas y párpados, creando un efecto luminoso y natural que recuerda al “beso del sol”.
Christensen complementa su rutina con delineado tipo cat eye y contornos cremosos para marcar las facciones sin rigidez. El énfasis está en el equilibrio entre lo clásico y lo funcional, utilizando productos de textura hidratante que respetan la elasticidad de la piel y realzan su vitalidad natural.
Sofia Richie: adaptación y comodidad en cada uso
La rutina de Sofia Richie se caracteriza por su flexibilidad. La selección de productos varía según la condición de su piel, adaptando la cobertura a las demandas del día. En días cuando su piel luce bien, evita las bases completas y opta por correctores puntuales que corrigen sin esconder.
Para el contorno y el rubor, escoge fórmulas de textura suave que se integran con facilidad, aplicándolas con los dedos para una fusión natural. El iluminador se utiliza de manera selectiva en puntos clave del rostro, mientras que en los labios, los tintes y brillos suaves marcan la pauta de su estilo reciente.
En lo que respecta a las cejas, preserva su aspecto original, seleccionando geles incoloros que fijan sin cambiar su volumen. Prefiere utilizar sombras en colores naturales para los ojos, y añade al estilo una máscara de pestañas que no se transfiere, asegurando que dure todo el día. Concluye con un polvo incoloro para matificar y un spray que fija el maquillaje, incluso en eventos que tienen una larga duración.
Una tendencia que redefine el vínculo con la belleza
Las actividades diarias de Hailey Bieber, Helena Christensen y Sofia Richie comparten un compromiso con una estética sincera y funcional. El maquillaje sencillo no solo refleja una elección de estilo, sino que también sugiere un nuevo modo de conectar con la propia imagen: menos cosméticos, más practicidad, y un interés en el bienestar de la piel.
Este tipo de maquillaje promueve el uso consciente de los cosméticos, con una atención especial en los ingredientes, la textura y la adaptabilidad a diferentes momentos del día. La tendencia continúa creciendo entre quienes buscan resaltar lo propio sin ocultarlo, confirmando que la naturalidad, lejos de ser sinónimo de descuido, puede ser un símbolo de elegancia, autocuidado y autenticidad.
