Llega otro clásico y Xavi apeló a las esencias del libreto culé para cruzar el río del Madrid. “La clave será imponer nuestra personalidad, que se vea más que nunca nuestro ADN. Es el momento de mostrar nuestro mejor fútbol”, proclamó en sala de prensa tras superar a Osasuna en la semifinal de la Supercopa. “Tenemos nuestro modelo, nuestra metodología, nuestro bloque. La prueba es el año pasado [derrotó 3-1 al Madrid en la final] y también el clásico de Liga, en el que hicimos buen partido hasta el minuto 65-70″, añadió el técnico azulgrana, que dijo que “ahora es difícil ganarle una final al Madrid”.
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Iñaki Peña, A. Christensen, Koundé, Ronald Araújo, Alex Balde, Gündogan, Sergi Roberto (Pedri, min. 61), Frenkie De Jong, Lewandowski, Raphinha (Lamine Yamal, min. 42) y Ferrán Torres (João Félix, min. 61)
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Herrera, Jesús Areso, David García, Juan Cruz (Kike Barja, min. 85), Catena, Rubén Peña (Mojica, min. 78), Aimar Oroz, Iker Muñoz, Moi Gómez (Rubén García, min. 85), Ante Budimir y Arnáiz (Raul García de Haro, min. 69)
Goles 1-0 min. 59: Lewandowski. 2-0 min. 92: Lamine Yamal.
Árbitro Alejandro Muñiz Ruiz
Tarjetas amarillas Catena (min. 32), Iker Muñoz (min. 39), Arnáiz (min. 55) y Arrasate (min. 80)
Para llegar a la cita frente al conjunto de Carlo Ancelotti, al Barcelona le bastó con una actuación “sobria y seria” frente al conjunto navarro. “No hicimos un partido excelente ni brillante. Era complicado generar con esa línea de cinco por delante”, indicó.
Sobre la bocina, Lamine Yamal rompió la costumbre minimalista de las victorias del Barça. Desde mediados de septiembre, el equipo azulgrana siempre que ganaba lo hacía por solo un gol de diferencia. Así llevaba 12 triunfos desde entonces. Nunca en su historia había logrado tantas victorias mínimas. Iba camino de la 13ª, hasta que el niño que salió al final de la primera parte en lugar del lesionado Raphinha logró el triunfo culé más holgado en el marcador en casi cuatro meses.
Antes de todo, la cuarta edición de esta Supercopa del exilio de Arabia Saudí, a 6.500 kilómetros de España, dejó al fin una imagen que acercó al fútbol a su rutina de cada día. Una columna rojilla de unos 600 hinchas venidos desde Navarra se instaló en la parte central de la grada del Al Awwal Park, todo un récord en un torneo que se alejó de sus aficionados base para abrir la caja registradora de Riad. De repente, cánticos en el estadio. Eso sí, los que estuvieran en la final de Copa de Sevilla de mayo y recorrieran ayer las calles de Riad pensarían que estaban en otro planeta.
La columna de la grada se trasladó también al campo, donde Jagoba Arrasate montó una defensa de cinco (Areso, David García, Catena, Juan Cruz y Rubén Peña) para constreñir los espacios al Barcelona, que tocaba con cierta lentitud, y que solo encontró alivio cuando Gündogan enlazó con Lewandowski a la hora de juego. El pase decisivo del alemán lo convirtió, con siete, en el máximo asistente del equipo, junto a Raphinha. La cifra del ex del City es la segunda mejor de su carrera. Su récord es ocho.
La muchachada local se alegró casi más cuando salió Pedri que cuando marcó Lewandowski. “El plan era que jugara 25-30 minutos. Es una gran noticia para el domingo. Pedri lo aclara todo, marca diferencias”, reconoció Xavi, que deslizó una posible titularidad del canario en la final.
La noche se inclinó definitivamente por el tanto de Lewandowski, en el que Osasuna reclamó falta previa de Christensen a Arnaiz, que no dejó de dolerse de la espalda. El VAR lo chequeó y confirmó. El entrenador rojillo, Jagoba Arrasate, se quejó de la actuación arbitral y apuntó a esa acción como decisiva. El torneo abrió la posibilidad de escuchar los audios entre el colegiado de campo y el VAR cuando acudan al monitor, algo que no ha ocurrido en las dos semifinales.
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